Este tipo de crianza proporciona a los vinos una mayor percepción de calidad : Untuosidad , mayor carácter varietal, volumen en boca, suavidad y persistencia de aromas.

Es una técnica que habitualmente se emplea más para vinos blancos que para tintos y se puede hacer tanto en depósito de acero inoxidable o en barrica.

Sustancias sólidas (sobre todo restos de levaduras y alguna bacteria) acumuladas en el fondo de los depósitos tras la fermentación del vino que, bien utilizadas, pueden llegar a dotar a los vinos de propiedades organolépticas muy agradables y diferentes.

Las lías no son otra cosa que la materia sólida que queda en un depósito o barrica después de la fermentación, formadas por las levaduras muertas y otra serie de sustancias procedentes de la uva y que removiéndolas y mezclándolas bien con el vino aumentan la intensidad de aromática,  alargan la vida óptima de consumo del  vino  y la percepción de calidad.

La crianza sobre lías aporta al vino una serie de características:

  • Mayor estabilidad en los vinos sobre todo en cuanto a propiedades químicas y físicas que pueden desequilibrar el mismo.
  • Menor astringencia. Las lías pulen los taninos y hace que el vino sea más redondo, sin aristas.
  • Mejores y mayores aromas. Son capaces de potenciar ciertos aromas y obtener otros (principalmente relacionados con los primarios y secundarios).
  • Son vinos con mayor untuosidad y mayor densidad en boca.
  • Tienen una mejor oxidación ya que las lías absorben oxígeno.